Hace 69 años, el huracán Janet golpeó nuestra capital, Chetumal, dejando una huella imborrable en la historia.


“Si no sabemos de dónde venimos, jamás sabremos hacia donde  vamos”

Hace 69 años, el huracán Janet golpeó nuestra capital, Chetumal, dejando una huella imborrable en la historia. En 1955, Janet llegó a la península de Yucatán con una fuerza devastadora que alcanzó la categoría 5, con vientos de hasta 280 km/h, destruyendo infraestructura y cobrándose la vida de muchas personas.

El huracán Janet no solo impactó a nivel local, siendo el primer huracán de categoría 5 en tocar tierra firme en el Atlántico, ya que hasta entonces solo se habían registrado tormentas de esta magnitud en islas. Además, la presión atmosférica registrada en Chetumal fue la segunda más baja en tierra, solo superada por el huracán del Día del Trabajo de 1935.

A pesar del inmenso daño, lo que más se recuerda de aquel trágico evento fue la valentía y solidaridad de las y los habitantes de Othón P. Blanco. Después de la destrucción, demostraron una extraordinaria capacidad para unirse y reconstruir su comunidad. La tragedia no solo fue un episodio de destrucción, sino también de renacimiento, donde la fortaleza de la comunidad othonense quedó para siempre como ejemplo de resiliencia frente a la adversidad.

Hoy, al recordar a Janet, se conmemora tanto el poder destructivo de la naturaleza como la fuerza de un pueblo que supo levantarse y seguir adelante.

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